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Una amiga por el viento: Liliana Bodoc

“A veces, los cuentos son retumbos y destellos de hechos ciertos. Contamos lo que ocurrió. Otras veces, los cuentos son pedazos de sueños. Contamos para que ocurra…”.

Así comienza Liliana Bodoc “El puente de arena”, cuento que forma parte del libro Amigos por el viento recientemente reeditado. Nosotros las retomamos para encabezar este artículo porque creemos que es premonitoria y definitiva, se convierte en (casi) necesaria cuando hay que escribir sobre ella.

Liliana Bodoc ha alcanzado lo que pocos escritores han logrado que es unificar al público joven y adulto atrapando a una nueva generación de lectores y captando extraordinariamente la atención de aquellos ya afianzados en la literatura moderna. Bodoc ha jugado en sus novelas con los diferentes géneros literarios y en cada uno ha conseguido sentirse cómoda.

Creó obras épicas como La Saga de los Confines o Realistas como El rastro de la canela, las cuales han sido traducidas (al alemán, al francés, al holandés, al japonés, al polaco, al inglés y al italiano) y premiadas. Incluso algunas son utilizadas como vehículos literarios en las escuelas para poner palabras precisas allí donde hacen falta.

Es que la autora argentina, que actualmente vive en la provincia de San Luis, es dueña de una prosa que bien vale la pena ser leída (o convidada a leer) por niños, jóvenes y adultos.

Su escritura es tan maleable que, por ejemplo, aquellos que la conocen por La saga de los confines —uno de los pocos ejemplos de fantasía heroica de la literatura juvenil en América Latina— quizás se sorprendan al dar con otra faceta de esta autora en En Amigos por el viento. Aquí, la narrativa épica es sustituida por un relato de carácter introspectivo, donde la sugerencia poética, la delicadeza psicológica y el empleo de símbolos son los elementos primordiales.

Otro ejemplo de su ductilidad lo representa el recientemente publicado El Arte de los Confines: Venado, un nuevo proyecto donde Kenny, con una plasticidad magistral, ilustró y dio forma visual al universo de Bodoc. Se trata de un proyecto que no solo abarca los textos desde los orígenes de la Saga, sino que también se incluyen textos inéditos. De esta manera, nace un libro-álbum con textos completamente originales inspirados en la primera parte de la obra y acertadamente ilustrados por Gonzalo Kenny.

La épica narra gestas legendarias que generalmente están construidas por elementos imaginarios y ficticios aunque puede ocurrir que esos elementos estén basados en una verdad histórica, en un tiempo y un espacio determinados y creados a tales efectos. No obstante, esta idea tradicional encuentra su propia versión en Bodoc. Cada frase está teñida por una voz pausada y a la vez dan ganas de acurrucarse en alguna de ellas, pero las historias llaman a seguir por esos caminos que empujan y fascinan. Paisajes de puna, tierras antiguas, colores que pintan sin nombrarse, pueblos que dan sentido a quiénes somos. Por eso, leer la épica de Liliana Bodoc es encontrar tan nítida su esencia poética como su capacidad para llevarnos de un extremo a otro: a reírnos despreocupados, a sentir miedo por una tierra plagada de misterios, a creer en el amor de quien cuelga una luna hasta el amanecer, a sucitar las más profundas cavilaciones a partir de los pensamientos de los personajes que dan vida a las historias.

Para los que estén interesados en comenzar a explorar la obra de Bodoc, una buena idea es recurrir a los recientemente reeditados Amigos por el viento, Sucedió en colores y La entrevista que ilustrados por Poly Bernatere, Pablo Bernasconi, Candela Inssuay puso a la venta a partir de septiembre de este año Alfaguara. El encantamiento de la ficción de Bodoc resulta una promesa, realmente una propuesta de lectura para viajar imaginariamente a tierras lejanas o experimentar introspecciones hacia las fibras más sutiles del lector. sin lugar a dudas, la literatura de Liliana es el encantamiento en todas sus dimensiones.

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